Entre nosotras nos lamemos las heridas

Por Johely Barrios


“...Sí, nos sentaremos aquí en silencio
a la sombra de distintos años
y la rica tierra entre nosotras
se beberá nuestro llanto”.
Fragmento “Memorial I” Audre Lorde.


Elegí “Los diarios del cáncer” de Audre Lorde porque es el libro más corto que tengo de la autora. Sinceramente, tenía muchas ganas de leerla pero muy poco tiempo, así que utilicé ese filtro rápido. No sentía mucha emoción por el título porque era demasiado sugerente y no estaba segura de querer ese primer acercamiento con Lorde: ¿Por qué razón empezaría a leer cuestiones relacionadas con el cáncer? ¿Qué tendrá que ver conmigo?

Ya desde ese momento asumí aquella enfermedad como una circunstancia distante. Empecé a leer a esta mujer desde la otra esquina, mientras ella intentaba pararse cerca de mí con su diario intimista.

Como quiero que leas el libro no haré una reseña. Pero sí diré que me encontré con una Audre que recién le quitaban una mama (su mama) por cáncer. Con todo ese dolor por atravesar una mastectomía, y todo lo que rodea sus memorias agónicas y desgarradoras, siento que ella esperaba ser acogida por sus hermanas. Al contrario, se encontró con la mirada acosadora de mujeres (blancas), que clavaban sus ojos en la ropa para ver si detrás de su blusa faltaba algo. Solo había un seno. La percibían como “la extraña”, “la de otra realidad”.

¿Qué barreras tengo para sentarme en silencio a escuchar a una mujer? ¿Veo a mi hermana como “la otra”? Me preguntaba. Paré de leer. Escribí de manera crítica sobre lo que iba revisando en mi interior: me encontré poco empática (o sorora), egoísta y prejuiciosa. Hoy sigo reflexionando sobre mi relación con las mujeres, pero esa es cosa de otra historia.

Seguí leyendo. La predisposición ya se me había caído al suelo luego de adentrarme en la lectura. Me di cuenta de mi propia existencia, resistencia y fragilidad a través de Lorde. Me vi a través de ella.

Leer a una mujer con cáncer es divisar sus dolores. Esa clarividencia también esculcó en mi propia herida, no en la de una mastectomía, o en la angustia de sentir la mortalidad tan próxima, o en el tiempo que se agota, no; fue suspenderme en el aire, sentirme abrazada también por esa oscuridad que hoy no me tocó, pero se me es familiar. 

“...mi confrontación con la mortalidad, la fuerza del amor de las mujeres, y el poder y las recompensas de una vida consciente.”

Me conmueve su amor hacia otras mujeres. Es hondo, genuino y que abraza el misterio. Me estremece porque crecí pensando lo contrario, no había “nosotras” hasta hace unas decenas de lunas. Recién me doy cuenta de lo potente que es acompañarse con hermanas, encontrarnos a través del arte, del dolor, del oficio, de la naturaleza, de lo dispar. Probablemente cada una esté parada en una orilla distinta del río: ojalá podamos entender que el agua quiere circular para todas. La diferencia es una herramienta y no, siempre, una limitante. 

Mobirise

Audre Lorde, 1983

Ubuntu* cree que podemos pensarnos juntas. Me parece que es lo que Lorde esperaba, entre otras cosas. No es una suposición vaga, ella dejó rastros de manifiesto. Y creo que ese espacio para ser se dará desde dentro. Nuestra sensibilidad para abrazar y amar a otras tendrá más apertura en la medida en la que miremos hacia dentro de nosotras mismas. Sigamos observando qué hay allí: es necesario encontrarnos egoístas, oscuras, impacientes. Tirar nuestro ego al suelo para que se rompa.

Es así cómo podremos fluir en el lenguaje, en el pluralismo con otras, en amarnos primero. Ser genuina, compasiva, paciente conmigo misma. Contener la tormenta que soy, que hay en mí. Entender que se desata de vez en cuando. Que la coherencia también se quiebra pero nos ayuda a caminar.

Hay una invitación para todas nosotras, que no es agradable. Ese mirar hacia dentro es estar en la oscuridad. Recuerdo las veces que recé para poder salir a la luz, nunca pedí resistencia para atravesar las tinieblas.
 

*Ubuntu es “soy porque somos”. Desmond Tutu, pacifista sudafricano, conocido por su lucha contra el Apartheid y laureado con el Premio Nobel de la Paz en 1984, dijo «una persona con «Ubuntu» es abierta y está disponible para las demás, respalda a las demás, no se siente amenazado cuando otras son capaces y son buenos en algo, porque está seguro de sí mismo ya que sabe que pertenece a una gran totalidad, y que se decrece cuando otras personas son humilladas o menospreciadas, cuando otros son torturados u oprimidos.

Hace poco una hermana me habló de los procesos en forma de metáfora. ¿Qué es lo que atraviesa la semilla? Preguntaba. De la semilla se espera que germine vida ¡Qué maravilla! No me imagino a la semilla queriendo ser planta sin antes estar bajo la tierra, en lo oculto, gestando, escuchando, formando. La semilla se rompe para que broten las raíces: antes de crecer hacia arriba, crece hacia lo profundo. Así nosotras,
Lo que brotará será amor, sensibilidad,
encuentro y lamer de heridas.


Audre no escribía en singular. 

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